Abrir en una nueva ventana

El poeta Nissim se ofendió



El poeta Nissim se ofendió.
No fue por una broma, ni tampoco porque su mujer no le preparó la cena, y por supuesto que no porque a la gente no le gustaron sus poemas.
El poeta Nissim se ofendió porque se le mufó el bigote.
Así nomás, sin previo aviso, una mañana de abril, despertose alegremente, recitando versos al oído de su mujer, y al dirigirse hacia el baño y mirarse en el espejo, de pronto notó que algo en él había cambiado. Su enorme y meticulosamente cuidado bigote tenía unas manchitas verdes de moho.
Intentó quitarlas con agua, luego añadió jabón, intentó también con shampú normal, con anticaspa y crema de enjuague, pero el moho siguió ahí.
Entonces probó con lavandina y también con aguarrás, tres solventes diferentes, pero no hubo caso.
Exhausto, cabizbajo, de pronto una idea se le ocurrió.
Lentamente levantó la mirada hasta que sus ojos se posaron sobre sus propios ojos reflejados en el espejo.
Entonces, levantó sus manos y las llevó al bigote. Tomó el bigote por ambas puntas, y lo tiró con cuidado hacia arriba.
Para su desilusión, confirmó su sospecha: El bigote estaba vencido.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Archivo del blog