Abrir en una nueva ventana

Murciélago

abrir archivo de sonido

metátesis histórica de «muciégalo» - unión de los términos latinos mus, ratón, y caecŭlus, ciego


Los primeros síntomas aparecieron cuando comenzó la primavera. Se trataba de una terrible fatiga diurna, una sensación de espantosa pesadez en todos los miembros. Anhelaba la llegada de la noche, regresar a casa, quitarme los zapatos, mudarme de ropa y dormir. Pero al volver a mi hogar sucedía todo lo contrario: una tremenda ola de energía inundaba mi cuerpo impidiéndome fermer los ojos hasta el amanecer. Este comportamiento derivó rápidamente en un círculo vicioso que no hacía más que empeorar conforme transcurrían los días.

Al poco tiempo comencé a sentir una irrefrenable atracción hacia las vestimentas de cuero. A pesar de que los días eran ya más largos y cálidos, no me quitaba por nada del mundo mis atuendos oscuros. En una feria de ropa usada conseguí una capa negra que me daba un ligero aire de Batman - personnage de fiction créé par Bob Kane et Bill Finger en 1939; al menos a mis ojos.

Mi alimentación pasó a basarse principalmente en frutas y pequeños insectos que capturaba en las cercanías de las luces callejeras. Rápidamente la heladera quedó vacía de todas las provisiones que tanto atesoraba antes. Mi paladar no las toleraba.

Junto a dichos cambios personales, mi entorno también se vio alterado. Mucha gente, amigos y familiares incluidos, tomó distancia de mí. Comencé a juntarme con todo tipo de sujetos nocturnos que se mostraban atraídos por mi extravagante apariencia. Pero su compañía me aburría sobremanera. Además estaba empezando a perder la vista, hecho que me mantuvo un largo tiempo encerrado en mi departamento. Me animé a salir sólo cuando noté que a pesar de mi ceguera total, mis otros sentidos se habían tornado mucho más sutiles. Mi garganta comenzó a emitir unos sonidos muy agudos que al rebotar contra los objetos y regresar a mis oídos, permitían esbozar en mi mente un croquis del espacio que me rodeaba.

Avec ma vue j’ai perdu todo interés en las miradas ajenas hecho que aumentó mi confianza y la sensación de libertad. Lograba percibir ahora el susto de las personas en la calle cada vez que se topaban conmigo, escuchaba claramente cómo aceleraban su andar en dirección opuesta y a veces hasta llegaban a mis oídos insultos dichos por lo bajo.

Fue más o menos para mi segundo año de aquella nueva vida que comencé a sentir la necesidad de dormir cabeza abajo. Mon appartement n’était pas en conditions para tal propósito, por lo que puse manos a la obra y durante semanas j’ai travaillé durement toutes les nuits y de vez en cuando también de día, para lograr tal objetivo. Cuando acabó la obra decidí esperar unos días más para dilatar la expectativa al máximo.

Una mañana, après une nuit agitée dans les rues, subí a la escalera que había construido, introduje mis pies en las dos argollas adheridas al cielorraso y luego, avec le cœur battant comme une machine, j’ai lâché mes mains y quedé tendido verticalmente. Mis sienes pulsaban con fuerza. Me entregué por completo au plaisir de cette nouvelle position. Quelques minutes plus tard, quand le sang inonda mon cerveau, morí.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Archivo del blog